Caballero

El Lobo Solitario Muere

Entendamos esto de inmediato, el lobo solitario, muere

Si tan sólo este mensaje resonase más en nuestra sociedad, muchos problemas se resolverían. 

Este concepto no es difícil de entender. De hecho, tiene sentido. Un lobo sin manada no tiene las mismas probabilidades de sobrevivir que si estuviese con una. Sabemos que juntos somos más, que el trabajo en equipo es gratificante, que si queremos alcanzar más necesitamos un equipo… 

sin embargo, existe una creencia en nuestra cultura, contraria a lo que dice la lógica:

“Yo puedo solo.” 

“No necesito de nadie para alcanzar mis metas.” 

“Tengo que hacerlo solo para que pueda ocurrir.”

Este patron de pensamiento es la perdición para la gran mayoría de los hombres.

¿Cuál es el problema con esta creencia?

Los mensajes que justifican esta actitud de lobo solitario, sobreabundan en el internet. Millones de hombres los consumen a diario con la esperanza de motivarse para alcanzar sus sueños, sueños que nadie les va regalar, que tienen que ganarse. Nadie comparte esos sueños o puede hacer lo que ellos pueden. Tampoco tienen los mismos objetivos, propósitos, deseos o capacidad. Nadie. Sólo yo. Al final del día todo depende de lo que yo haga para mi realidad cambie.

Si bien es cierto que mucho de lo que obtenemos en la vida depende de nosotros, la realidad es que buscar hacerlo solo es la idiotez y el error más grande que puedes cometer.

En nuestras culturas se comparte la idea de que el hombre es y debe ser autosuficiente (lo cual no es cierto, ningún hombre lo es). El hombre debe responder por sí mismo. Debe ser fuerte y capaz de luchar contra todas las adversidades sin verse afectado. El hombre es un macho alfa. Un lobo solitario que es capaz de conseguirlo todo por sí mismo.  Si a este mensaje le sumamos el orgullo natural que los hombres poseemos más la ración desbordada de machismo en nuestras culturas, el resultado son hombres que no piden ayuda, que creen poder solos y que se sentirían avergonzados de no hacerlo de esa manera.

Ese es el mensaje que la cultura a grabado a fuego en nuestras mentes.

Lo hemos aceptado… y hemos pagado las consecuencias. 

Aunque la idea suena muy bien cuando hablamos de sueños, negocios y progreso, es una total desgracia cuando experimentamos los inviernos de la vida. Esos momentos cuando el estar solos es mortal. Allí cuando el lobo solitario muere. Una separación, la perdida de un ser querido, desempleo, escasez, problemas familiares, conflictos personales, etc. Cuando el frio nos toca, ineludiblemente necesitamos calor para sobrevivir, pero ese calor no lo vamos a pedir ni conseguir en otro. No, nunca. Tal cosa destruiría nuestro ego. Preferimos morir que vernos humillados al pedir la ayuda de otro. 

Entonces hacemos lo que hemos visto repetidas veces, nos desbordamos con la botella, drogas o adicciones. Buscamos doparnos tanto como podamos con la esperanza de aplacar el dolor y que el conflicto interno pueda alivianarse; cosa que nuca ocurre.

Esta traba mental esta tan bien cimentada que hemos visto los resultados de este comportamiento miles de veces, sin embargo, continuamos haciéndolo. ¿No es esta la mayor idiotez posible? Es como ver a un hombre que necesita clavar un clavo en la pared, este toma el martillo y lo baja con poder, no sobre el clavo sino sobre su mano. Se fractura los huesos, llora y sufre. El clavo sigue estando sin clavar y no consiguió lo que quería, sólo más dolor. Entonces llega el día en que necesitamos clavar un clavo pero, en lugar de pedir ayuda o aprender cómo clavar un clavo, imitamos al hombre que se destruyó la mano y sufrimos, padecemos, sin clavar el maldito clavo.

Señores, ¿es que acaso es tan difícil ver el patrón defectuoso que hemos recibido?

La idea del lobo solitario, de sufrir solo, de hacer solo, de no buscar ayuda, te está matando. Además, no es real. Es sólo una mentira que se nos has inculcado desde pequeños así como tantas otras. 

Entiéndelo, el lobo solitario, muere. 

No es coincidencia que la tasa de suicidios entre los hombres es mucho mayor que la de las mujeres.

Lo sabemos. Sabemos que el camino solitario no es beneficio, cualquiera con una pizca de raciocinio puede darse cuenta de esto, pero ¿por qué continuamos actuando de esta manera?

Sin lugar a dudas la idea del macho poderoso guía esta conducta.

Un macho (el estereotipo de hombre que exacerba sólo algunas características del hombre) no se rinde, no se humilla ni pide ayuda. Un macho es fuerte, siempre, sin importar la situación o momento. Por eso, el macho, el hombre, no llora; tal conducta es de niños e inaceptable. El macho se rie ante el dolor y nunca cae de rodillas.

El lobo solitario muere
El lobo solitario muere

Claro… Déjame hacerte una pregunta, ¿qué tan bien te está yendo?

No importa que tanto te mientas, NADIE es capaz de vivir de esta manera. Si crees que puedes, de nuevo, sólo te engañas. 

El machismo ha destruido nuestras culturas como pocas cosas lo han hecho. Ha disminuido el verdadero valor de un hombre en la sociedad y lo ha convertido en el títere de una creencia equivocada. Contrario a lo que se cree, no son las mujeres las únicas que han sufrido por esto, nuestros hijos, familias, amigos, trabajos, economía, sociedad en general, también lo ha hecho. 

Y claro, primeramente nosotros. 

Es interesante que siendo los perpetradores del machismo, sufrimos por las consecuencias de este. 

Mantener nuestro orgullo y ego intactos, es otra razón por la cual continuamos actuando de esta manera. 

Como hombres entendemos que fuimos creados para liderar, para actuar, para producir. Ese es nuestro trabajo; salimos a cazar, proveemos para la familia y los protegemos de las fieras salvajes. Es lo que hacemos, o deberíamos hacer en uno u otro grado. Estas funciones requieren que nuestro orgullo y confianza se mantengan en un buen estatus. Al hacer esto, somos considerados hombres. Esta es la razón por la que, para la gran mayoría de los hombres, es tan difícil aceptar a un hombre que no trabaje y que sea él el encargado del hogar mientras su esposa provee para la familia (honestamente el trabajo en el hogar es más difícil que cualquier otro, pero eso es otro tema).

Sin importar las razones a nuestro alrededor, el orgullo y el ego, no pueden verse afectados, y todos saben que el pedir ayuda es rendirse, es admitir que no podemos proveer, proteger o producir y, tal cosa, es inaceptable. Esto baja de inmediato mis defensas, dejando mi orgullo y ego expuestos. Entonces dejo de ser hombre. 

Porque como hombre debería saber cómo manejar los inviernos y las tormentas de la vida. Para eso soy hombre. Mi familia y los que me rodean cuentan conmigo. Debería tener una solución para cada situación. Debería ser capaz de sostener la casa que se cae a pedazos sin que nadie siquiera note que hago algún esfuerzo. Debería tener el control total sobre mis emociones porque la entereza nunca la puedo perder. Debería ser fuerte física, emocional, mental y espiritualmente. Debería, debería, debería…

¿Y qué pasa cuando no lo eres? ¿Qué hace en esos momentos? ¿Qué?

Lamento revelarte la verdad pero ningún hombre es fuerte, sabio o autosuficiente todo el tiempo. Es sencillamente imposible. No podemos, ni deberíamos serlo. 

Entiéndelo, pedir ayuda no es de débiles sino de sabios, hombres que tienen tanta apreciación por sí mismos que prefieren ahorrarse dolores y sufrimientos aprendiendo de otros. 

El admitir la derrota no es de cobardes, es de hombres que saben que de los fracasos se aprende y que la guerra continua. 

El no saber que hacer no te hace menos hombre, sólo te hace humano.

Caballero, ¿qué prefieres, continuar los patrones de conducta de las generaciones anteriores que no terminaron en nada positivo, o quieres tomar el camino real, el de un Caballero y crecer con cada paso?

Es tu decisión, ¿vas a ser un verdadero Caballero o un cobarde, como los hombres que conoces?

Contrario a lo que la sociedad nos ha enseñado, no nacimos para ser lobos solitarios. Nacimos para vivir en manada.

Toda la cultura humana se ha desarrollado debido al trabajo en equipo y la colaboración. Esa es la realidad de nuestra existencia. 

No existe progreso individual. 

No existe, ni existirá. Nadie consigue nada importante por sí mismo únicamente.

Te hayas dado cuenta o no, todo en tu vida depende de la ayuda de alguien más.

Cuando vas al mercado a comprar comida con tu dinero, la única razón por la que puedes hacerlo es porque alguien te ayudó creando el establecimiento para ti. Tú no lo creaste, otro lo hizo. A la vez, el dueño del mercado, no lo hace sólo, él también depende de la ayuda de distribuidores y de un equipo para que la operación funcione. 

Claro pero eso no es ayudar, dirás, es sólo negocios. ¿En serio? Piensa, el dueño del establecimiento no tiene por que haber creado ese negocio. Nadie le puso una pistola en la cabeza y lo forzó a hacerlo. Lo hizo porque quiso y y obtuvo los medios gracias a que otros lo ayudaron. 

Bueno, inclusive si ese fuera el caso, yo voy al supermercado a comprar mi comida; nadie me ayuda con eso. 

Veamos, ¿cómo puedes comprar comida?

Con mi dinero.

¿Tú dinero?

Sí, yo trabajé para ganarme ese dinero. Es mío.

¿Te has puesto a pensar que tu jefe o la empresa donde trabajas no está en la obligación de contratarte? Ellos pudieron haber elegido a otra persona si hubieran querido. De hecho, sigues estando allí porque ellos quieren.

Eso no es cierto, yo hago bien mi trabajo, ellos me necesitan.

No, no lo hacen. Ellos pueden decir, que se venga todo abajo y despidamos a todos los empleados. No sería una decisión muy acertada pero esta en su poder el hacerlo. La persona que te ofreció el trabajo con el cual hoy sostienes a tu familia, te regaló la oportunidad de trabajar allí.

No es verdad, yo me la gané, yo trabajé duro para obtenerla, estudié, puse el esfuerzo, lo hice todo.

Te felicito, pero esa persona en poder todavía pudo haber dicho “no” si se le venía en gana.

Necesitas la ayuda de otras personas. Punto. 

Existes porque alguien, bien sea tus padres u otras personas, decidieron darte de comer cuando pequeño. Es interesante cómo Dios nos trae al mundo, como seres débiles, dependientes, que sólo pueden recibir y nada más. Esto debería ser una lección que debemos mantener en nuestro corazón.

Caballero, sufrir o padecer solo es una estupidez y perdida de tiempo y esfuerzo. No pedir ayuda, sólo empeora tu situación. Si no necesitaras ayuda no estarías en esa posición para comenzar. El decir, “necesito una mano amiga”, no es de cobardes, es de hermanos en armas, de hombres que entienden el poder de una comunidad. 

Esa es la visión que tenemos en Tribu de Caballeros. Queremos ser una hermandad donde cada hombre pueda ser quien es, pueda crecer física, emocional, espiritual y financieramente sabiendo que no esta solo, que tiene una comunidad internacional dispuesta a socorrer, aconsejar, valorar y exhortar de ser necesario.

Aquí entendemos que no existe lobo solitario que sobreviva la tempestad. Sabemos que en los números está la victoria.

Entonces, Caballero, ¿cuándo vas a pedir ayuda?

¿Cuándo vas a entender que el lobo solitario muere?


Caballero, es momento que tomes acción. Una de las razones por las cuales decidimos ser lobos solitarios es porque como hombres anhelamos respeto de parte de los demás.

Esto es bueno, cuando es aplicado de la manera correcta. Haz clic AQUÍ para descubrir cuales son las 5 Maneras de Ganarse el respeto de los demás sin tener que morir como un lobo solitario.


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Pedro Mauco

Pedro Mauco

Pedro Mauco es un esposo, padre, entrepeneur y Fundador de Tribu de Caballeros.

Desde muy pequeño notó que existía una diferencia notoria entre hombres. Algunos parecían llevar sus vidas de mejor manera o sobresalían de manera positiva en comparación con el resto. Pronto Pedro entendió cuál era la mejor manera de vivir para un hombre.

Pedro cree que el mundo puede cambiar si la gran mayoría de los hombres decide vivir a la altura de sus responsabilidades, y se convierten en la mejor versión de ellos mismos. Su misión es sencilla: ayudar a millones de hombres a convertirse en Caballeros.